Mis átomos giran ya sin argumentos, van sin mapa y han encontrado su norte… yo misma. Voy descubriendo formas exquisitas de vivir, de disfrutar de los pequeños placeres, adoro contemplar la luna insinuando majestad, andar por la calle y descubrir miles de rostros de héroes anónimos, desmoronarme con la sutil divinidad de las sonrisas y descubrir los secretos de los segundos.
Palabras, como siempre, entre más hurgo en mí más se pierden en esta loca alma vieja.
Ahora que hablo de héroes y heroínas anónim@s, es por la fecha inevitable no pensar en nosotras las mujeres y cómo muchas veces pensamos irracionales con las entrañas, recorro de vuelta un trozo de mi andar y me veo con mi madre, esa mujer que hoy tiene arrugas de pergamino y alma de diamante azul, la recuerdo podándome las alas con sus regaños constantes, retándome a dar el máximo siendo el sarcasmo su mejor carta a jugar conmigo. Hoy que tengo ya 30 años, en la soledad de la nada, veo sus ojos y veo los míos, como todo… ¡somos una!, como todo, ¡somos un espejo!, y como todo, ¡ella es mi todo!.
Hace viento, como presagio de película apocalíptica pero con certeza, ese viento es lo mismo que yo, es lo mismo que tú, es lo mismo que las rosas bellas, es lo mismo que las aves en parvada, es el prana de la tierra, es sólo un suspiro universal.
Hoy no hablaré de mis pies, no usaré poemas, no mencionaré que hice, no platicaré que leí, no describiré qué me rodea, no jugaré con las palabras, más bien gozo del amor que ilumina mi alma e igual deseo que lo goces tú.
Pasaba por aquí y deseaba saludarte, no tengo mucho qué escribir, sencillamente hoy no porque entre el cielo y la tierra, todo ha quedado escrito. Quizás valga la pena compartirte un trozo de un poema de Rumi…
¿Quién hace estos cambios?
Disparo una flecha a la derecha
Cae a la izquierda.
Cabalgo tras de un venado y me encuentro
perseguido por un cerdo.
Conspiro para conseguir lo que quiero
Y termino en la cárcel.
Cavo fosas para atrapar a otros
y me caigo en ellas.
Debo sospechar
de lo que quiero.
¿Lo ves?, finalmente terminé compartiendo renglones extras…
Tirry!
Gracias por todo esto y sobre todo por dar ejemplo de la gran mujer que es la abuela; que ha logrado formar personas de bien.
Estoy bien orgullosa de ti, te quiero.
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Gracias Bebé, no olvides visitar las web que te dije… 🙂
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