Mi Monte del Gozo: A cinco años de mi Camino de Santiago


Monte do gozo

Hace 5 años  caminaba por la ruta jacobea y por alguna razón me gusta homenajear mi vivencia, tal vez en gratitud por los cambios profundos que generó en mí no lo sé, lo que sí sé es que a lo largo de estos 5 años han ocurrido muchas cosas trascendentales, este tiempo ha sido el epicentro de un terremoto que me hizo reconstruir-me a través de vivencias que en esta tendencia actualizante han alimentado a mi Baba Yagá “mi bruja sabia”.

En todo este tiempo he venido siguiendo tantas flechas amarillas como he podido, al igual que en  el Camino de Santiago, he visto florecer mis parajes erosionados, he  creado una síntesis diferente, con un significado más hondo y “estoy escalando” mi propio Monte del Gozo, y lo pongo en gerundio porque lo hago segundo a segundo, porque estoy consciente de que nadie hará por mí lo que yo no sea capaz de hacer, porque me siento profundamente agradecida por tantos dones, oportunidades para esculpirme. En todo este tiempo, también he cerrado varias puertas con elegancia, he tocado muchas otras que me han sido abiertas de par en par y he sido recibida por manos generosas y sonrisas de luna menguante.

Pero, ¿qué más ha ocurrido en estos 5 años?… He aprendido a abrazar mi sombra, a no huir de ella sino a atesorarla y mirar cuan leal me ha sido en los momentos en los que he caído en espiral haciéndome inmune al dolor cuando ha sido necesario haciéndome resiliente; También, se ha vuelto mucho más legible mi gramática de la intuición aprendiendo a escucharme con  mayor atención poniendo límites aun cuando a veces me haya costado distinguir esa fina línea entre lo tolerable y lo no negociable.

Creo que poco a poco estoy retornando a un lenguaje más natural del mismo amor, un amor silencioso sin tantas expectativas y en consecuencia sin tantos estragos, no sé, hoy creo que el amor no es tan inmaculado siempre, simplemente “es” sin decirle absoluto e inalterable; Me doy cuenta que estoy aprendiendo a hacerle espacio para fecundarle y verle crece en cualquiera de sus formas.

¿Y qué más he aprendido en estos 5 años?… A enjuiciar menos, ésta ha sido una de las partes más difíciles de mi trayecto. Es muy difícil acallar la mente cuando me topo con alguien que piensa, dice y hace algo con lo que no siento empatía, sin embargo reconozco que me hago persona a través de eso y que cada quien hace lo mejor que puede con lo que tiene, que no soy nadie para juzgar la experiencia del otro y que de alguna forma se proyecta ni más ni menos que mi propia sombra.

No sé, es un poco de mi estética existencial, es una narrativa distinta, es algo que comienzo a gestar y que esta noche tenía que compartirlo…

Gracias por leerme.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s