Y si yo hoy pudiera encarnar una diosa…


Parvati

Si hoy pudiera reconocerme y conectar con alguna diosa hindú, tomaría la energía de Parvati, “La diosa de las montañas”. Acá te cuento porqué…

Hoy pensaba en todas esas veces en las que los seres humanos buscamos conquistar a alguien, y no es propiamente bajo la connotación de una pareja, me refiero a esas figuras de poder que para nosotros son importantes, figuras que nos marcan estándares muchas veces inalcanzables, figuras que nos retan y nos aprietan el botón de la reactividad, seres muchas veces amados y respetados que paradójicamente nos reflejan a nuestro propio verdugo interior, a nuestra propia auto exigencia.

Me ocurre que a menudo olvido que todo afuera es un mero reflejo de mi mundo interno, que cada persona que está frente a mi es en realidad una parte mía, mi propia manifestación.

Parvati, dentro de la mitología hindú es la esposa de Shiva, el dios del cambio y la impermanencia y madre de Ganesh. Cuenta una de las versiones del mito que un buen día Shiva se fue a la guerra y Parvati se sentía tan sola pero tan sola que comenzó  con sus manos untarse el cuerpo, a tallarse una y otra vez hasta que quedó embarazada de Ganesh… me quedaré con esta parte, con este signo de poder de manifestación, de creación, de auto contención y amor.

Parvati es la diosa del poder, es la misma Shakti, es amor, es devoción, es energía vital sin la que todo estaría inerte. En Parvati habitan Durga (la que combate demonios) y Kali (la diosa de la muerte).

Cuando pienso en todas las energía y personajes que habitan en el inconsciente de todo ser humano, pienso en la medicina, sí… en que cada uno habita la medicina, que todos tenemos un poder autosanador que no imaginamos, que así como Parvati en su soledad pudo darse a sí misma lo que necesitaba así cada uno.

Hipócrates decía: “A quien desee la salud, hay que preguntar primero si está dispuesto a suprimir las causas de su enfermedad, sólo entonces será posible ayudarle”.

A veces buscamos aprobación y validación afuera, vivimos queriendo conquistar aún con lo cansado que eso pueda resultar y somatizamos

La riqueza de los mitos es que dan la vuelta a la razón, que nos muestran cómo en cada corazón está todo lo que necesitamos si buscamos con profundidad, si nos damos el espacio para respirar y conectar con la divinidad, divinidad que habita en el espacio vacío que existe entre un pensamiento y otro.

Mi invitación hoy es a no tirar bombas molotov en nuestra vida, a mirarnos con amor y compasión, a mover nuestra energía y cuerpo hacia la propia conquista, a gravitar hacia lo que sana; Mi invitación hoy es a vivir de las autenticidad y espontaneidad sin estrategias y si hubiera dolor aprópiate de él que como dice Khalil Gibrán: “El dolor es el rompimiento de la coraza que encierra tu corazón”.

Honra a tu ser que la divinidad vive en ti como tú en ella.

Con amor

Char

El rebozo de María


rebozo

Van a dar las 7:00 pm, llevo horas en silencio intentando tomar consciencia y habitar lo que soy. Como siempre que tengo el espacio tomé ya un par de tazas de café, y en tanto pensaba en los rebozos de mamá.

Ahora que ella no está, mis hermanas, mis hermanos y yo nos disputábamos sus rebozos como la mejor herencia que pudiéramos tener, de pronto porque representa su abrazo, es como si una segunda piel se quedara guardada en la memoria de nuestro cuerpo, una especie de manto protector que nos reconecta con su energía amorosa.

Estando en casa, en medio de su ritual de despedida pensaba en que todas las mujeres de nuestra familia debían conservar un rebozo de ella: la abuela.

Para su partida, le pusimos un rebozo precioso, deshilado color perla y en mi búsqueda y selección curiosa encontré uno con más de treinta años, los había en rosa, blanco, negro, verde, gris, gris con blanco, gris con negro, había con flores, deshilados, en combinaciones con dorado y palo de rosa. Yo los tomaba y los olía, pensaba en cómo además de representar su abrazo, me significan dignidad… sí, tengo escenas de cómo tantas mujeres como mi madre lo usaban y lo cruzaban con ese impulso y ese aire de resiliencia, mamá lo portaba con devoción y altivez, en medio de sus batallas ella se tenía a sí misma y a su rebozo en el que acunaba a cada uno de nosotros y se envolvía a ella misma.

Su rebozo fue nuestra cuna, nuestro hogar, ese espacio en donde probablemente nacieron todos nuestros apegos para con ella, ahí cada uno en su tiempo escuchamos el tambor de su corazón, su respiración, sentimos su calor y en muchos momentos compartimos su soledad y angustia mientras esperábamos las vacas gordas.

Con su rebozo y cercanía no hizo falta discurso alguno, símbolo de feminidad para nosotras, de elegancia y protección, ¿qué más pudimos pedirle a mamá que no nos hubiera dado?

Yo me quedé con uno que espero usar con la misma dignidad que ella lo vestía y estoy segura que cuando lo use reconectaré con su abrazo, su calor y su magia.

Sé que el rebozo mi María me acompañará en momentos especiales, decidí usarlo cuando me toque diseñar algún taller, círculo o conferencia para mujeres, me sentiría muy honrada en compartir con otras sintiéndome abrazada y acompañada por mamá, lo utilizaré para gestar sueños y parirlos como un ritual de psicomagia, para reacomodar algunas emociones o sencillamente cuando me sienta hormonal y sola.

Cuando una mamá se va es cuando al fin nos convertimos en adultos, es ahí cuando nos toca sacar a flote a nuestra madre interior, utilizar todas nuestras herramientas y recursos internos para a partir de esa presencia divina que nos habita florecer en medio de la ausencia de nuestra génesis.

Con amor

Rosario Cardoso

Del ser mujer, maga y tanto y más.


Indígena

Tengo la fortuna de venir de una tribu grande de mujeres, me encanta nuestro cabello negro y fuerte, en mi familia es una herencia muy peculiar: una trenza abundante y brillante tejida con el ADN de un montón de sueños e historias.

Mis mujeres como muchas de las tuyas son mujeres que arrullaron niños y sueños envueltos en un rebozo, mujeres de voz aguardientosa (así imagino a mis bisas y tatas)  que me son evocadas con el aroma a café de olla y el aroma de la masa en el comal de las tortillas hechas a mano o el atole de frutas, mujeres que abrazan, bailan, cantan, lloran, entregan.

Mujeres con  belleza oscura innegable, así somos, y no, no  es que la oscuridad signifique algo escabroso, más bien es ese lugar que nos permite brillar así como la luna llena en medio de la noche. Creo fielmente que las mejores cosas se gestan en la negrura: un bebé, una flor, una fruta y así veo toda esa oscuridad que nos ha tocado atravesar a todas las mujeres  en mi círculo, eso sí, bien agarradas de la mano

En la luna nueva, tuvimos círculo de mujeres en casa y hablamos de nuestros ciclos, de la magia de una falda y lo empoderador que puede resultar usar un vestido y yo reconocía que hace mucho no usaba alguno, en una ciudad tan caótica como esta: la más grande del mundo, yendo de arriba abajo siempre voy en leggins, tenis y mis guantes de boxear en la mochila.

Cuestionaba mis máscaras y hasta qué punto sin querer rezago y guardo mi delicadeza y feminidad, y no es que el ser mujer tenga que ver propiamente con unas enaguas, con saber tejer, zurcir calcetines o con saber cocinar o el gestar una vida en el vientre y me quedé con  la pregunta de ¿qué significa para mi ser mujer?

Me puse un poco existencial así que lo que llegó a la mente fue que ser mujer tiene que ver con nutrir, con contener y cuidar el fuego como arquetípicamente se ha fijado un tanto nuestra función dentro del mito, así como ocurría en la época de las cavernas  en donde el hombre iba a cazar el búfalo y la mujer se quedaba a cuidar el fuego, hoy quizás tú como yo deberás salir por el bufalo y también cuidar el fuego, sé que a veces nos resulta muy cansado pero somos tan poderosas que independientemente de nuestros roles podemos transformar lo que se nos de la gana,  pero lo más importante será que no importando si te toca salir a cazar o no, no permitas que ese fuego del corazón se apague, que no dejes de danzar, de cantar, de nutrirte a ti.

Para mi ser mujer tiene que ver con crear, con esa fuerza Shakti, este aspecto de la devi, la gran diosa de la que habla el hinduismo esa que cuando dejas un bote con agua en medio del patio y al otro día ya hay vida ahí, estamos dotadas de una capacidad creativa peculiar que venía en nuestra cajita de herramientas, mientras Shiva destruye para renovar recordando que todo es impermanencia y cambio Shakti con amor restaura, nutre  y deconstruye sobre lo ya existente.

Ser mujer tiene que ver con ese ser brujil y mágico que todas tenemos dentro, con esta capacidad de sanar con amor desde una gripe hasta un corazón roto. Pienso en esa conexión con los ciclos y la naturaleza, con esa sabiduría que existía y existe aún respecto a las plantas y sus energías y poderes curativos, también tiene que ver con unos pechos, unas caderas y  los cólicos que nos recuerdan en medio de la sangre la maravilla de la fertilidad aunque algunas elijamos ser fértiles desde otro lugar, parir hijos sueños que empoderen a otros a partir de nuestra creatividad, de encarnar hijos en un montón de páginas que cuenten una historia o en un cuadro, eso es parte de lo que significa ser mujer, hay mil y un maneras de ser fértiles y me gusta pensar y recordar que todo es uno, que sin querer desbalanceamos ese anima y animus en nuestra alma por circunstancias de la vida, porque no tuvimos alternativa y nos tocó salir a luchar, a cazar búfalos, a librar batallas solas.

Hoy hay una creencia que se ha arraigado en mi o más bien hay un anhelo profundo: deseo abrazar a la guerrera y renunciar a la idea de la lucha, ¿por qué? Porque prefiero sentirme maga. La mujer maga mueve desde un corazón cada vez más amoroso y despierto y no desde la lucha, el enojo y las heridas.

Aaunque oscilemos  entre esta dicotomía y a veces seamos Kali, Hécate o Cuatlicue (las que dan muerte a lo que debe morir para generar más vida  arrancando corazones y luchando para diluir todo lo que va en contra de nuestra propia natulareza) , también podemos ser Parvati, Durga, Tonantzin o Afrodita (luminosa, amorosa, dulce y sensual).

En nuestro paso por este plano del cuál somos viajeras como dice la socióloga estadounidense Brene Brown:  somos nuestras propias cartógrafas y una cartógrafa segura de si misma y de paso firme no necesariamente se traduce en una viajera rápida, tropezamos y caemos y cambiamos de dirección y aunque intentamos seguir el mapa que hemos dibujado en muchas ocasiones la frustración y la duda se apoderarán de nosotras y habremos de tirar el mapa a la basura.

El viaje desde lo exquisito hasta lo insoportable en todos nuestros ciclos y picos hormonales  quizás no sea fácil pero cada paso vale la pena, en realidad ser mujer no es tan peligroso como inconsciente hemos aprendido,   hemos subido sin querer toDas nuestras barreras que si bien es verdad que probablemente a lo largo de mucho tiempo nos han protegido y resguardado también hay muchas cosas hermosas que no hemos dejado llegar.

Abracemos nuestra feminidad y a las diosas que nos habitan, bajemos nuestras barreras para que llegue todo lo que por derecho es nuestro, sanemos, porque si sanamos no lo hacemos sólo con nosotras sino también honraremos la memoria de los hombres y las mujeres de nuestro árbol reacomodando la energía de nuestro clan y por ende de nuestra vida, y lo mejor es que modelaremos plenitud y gozo a lasque vienen detrás.

No tengamos miedo a que nuestras credenciales puedan quedar en entredicho sólo por mostrarnos vulnerables y mover las caderas al caminar.

Cuida tu fuego, es más conviértete en él para que nada te queme y arde lo suficiente para que nada te apague.

Con amor

Yo bruja

Sincronicidades: luces y señales.


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¿Recuerdas cómo en más de una ocasión has pensado o soñado con una persona y de pronto sonó el teléfono y era ella?, ¿o cómo ibas caminando pensando en algún número y de repente volteas y lo ves en la numeración de una casa?, o también como cuando te acuerdas de una canción que no está ya de moda y de pronto la escuchas a todo volumen en un auto que va pasando; La lista de ejemplos puede ser inmensa, así que te toca reflexionar sobre tus propias sincronicidades.

Los seres humanos, vivimos una infinita cantidad de eventos que muchas veces creemos que sólo son casualidades, pero cuando nos compramos la idea de que es sólo una casualidad, corremos el riesgo de perdernos de información valiosa y así nos vamos a dormir con la mente bloqueada o incrédula luego de en el transcurso del día habernos encontrado con un símbolo de manera recurrente, un recuerdo o alguna frase peculiar que nos hizo vibrar.

La palabra sincronicidad proviene de  <<sin-, del griego συν-, unión, y χρόνος, tiempo>>; es el término elegido por Jung para referirse a  dos hechos vinculados de manera simultanea y de forma causal, por tanto, hablaremos de una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí sin motivo aparente, pero con un contenido sumamente significativo, de esos que estremecen cimbrando hasta el alma. El punto aquí es que cada persona con la que te encuentras, cada imagen que se te presenta, cada frase y canción que lees y escuchas, cada lugar que pisas, cada evento que vives y cada sueño que experimentas, tiene un mensaje, una razón de ser, TODO TE ESTÁ ENSEÑANDO ALGO, lo que ocurre es que los seres humanos vamos muchas veces distraídos mirando qué es lo que hace falta, obsesionados con mirar el vaso medio vacío, y recuerda que donde está tu corazón está tu tesoro, y donde está tu tesoro está tu energía y donde está tu energía es donde está tu consciencia y es ahí donde está tu poder de manifestación y su materialización.

Si tan solo pusiéramos más atención a lo que soñamos muy probablemente seríamos seres más poderosos y conscientes. Los sueños son mensajes de nuestro mundo interior, son grandes maestros que nos vienen a mostrar grandes aspectos de nosotros mismos y el mundo que nos rodea, porque la mayoría de las veces en cada sueño eres tú todos los personajes, son muchos de ellos fragmentos de tu propia personalidad.

La sincronicidad, para la mente racional se llama “casualidad”, sin embargo el destino tiene señales y hay que estar atentos para verlas, hay que conectar con la fuente para tocar ese vínculo entre lo material y lo espiritual.

El universo tiene una especie de orden, por eso es que muchas veces las cosas no son cuando se nos da la regalada gana, porque en el camino hay mucho más, por tanto FÉ ES PACIENCIA.

Las sincronicidades ocurren cuando eventos se unen en relación al estado interno de una persona, es ese tejido profundo de las cosas, todos tenemos un universo oculto y vivimos proyectando, atrayendo a partir del sentimiento, es así como hacemos uso de la capacidad que tenemos los humanos de abrir campos nuevos.

¿Te ha pasado que de pronto te equivocas y te has encontrado envuelto en una serie de eventos?

De pronto resulta que te encuentras con un animal de manera recurrente que te significa  de una u otra forma, que te genera una sensación, o algún tipo de elemento o símbolo o sueño, o es también como cuando un día dices “hoy voy a tomar clases de baile” y sales a la calle y de pronto alguien te da información de clases de baile a tres cuadras de tu casa o tu trabajo.

Hay fenómenos que marcan nuestra experiencia pero hay otros que son advertencias, basta con poner el foco en nuestras sensaciones corporales y no hacer caso omiso a éstas

Por eso y más, es importante darte cuenta y conocerte, mirar tus vicios y patrones, sólo tienes que darte cuenta sin exigirte un cambio inmediato, porque cuando te das cuenta generas consciencia y la consciencia te redirecciona a lugares distintos con gente nueva y cuando te fijas en el fenómeno, éste crece, por eso es que nuestro miedo u opuestamente nuestra sensación y deseo de bienestar se expande y transforma todo el entorno.

Cuando tienes una idea muy clara el universo conspira y se abren puertas, pero ocurre también que muchas veces la soberbia nos impide avanzar, el creer que lo sabemos todo y que tenemos la razón no admitendo nuestras propias limitaciones.

¿Qué hacer para tener el corazón y la mente abierta?

Transformar y hacer que ocurra una evolución a través de lo que vives enfocándote en el para qué y no en el por qué.

Las sincronicidades son luces del destino aunque nos empeñemos en mirar las cosas de manera causal,  ¿y qué tal si en lugar de interpretar la causa vamos más allá y vemos qué mensaje nos está transmitiendo aquello?, por eso no te enojes cuando pierdes el transporte, o cuando algo que tanto quieres no llega, por eso mantente completamente  presente y apuéstale al aquí y ahora, no vivas en automático porque entonces cuando vamos ensimismados en la densidad  de nuestra mente, nos perdemos de todas estas señales, tan bonito que es caminar y observar los rostros, los árboles, tantos colores y ese gozo que da cuando el viento nos despeina. Con tanta más lucidez vivamos podremos ver las señales: liberémonos de  nuestra forma de pensamiento lineal.

Abrámonos ante el hecho de que todo son escalas vibracionales que nos conectan unos con otros, por ejemplo, lo que ocurre con la astrología (el impacto de la luna y los movimientos planetarios en la tierra y los seres humanos) es que se produce una sincronización dentro de nosotros, porque somos uno, porque este mundo es un espejo y así es como se da esa sincronicidad en nuestro mundo interno y el universo, por eso se habla también del poder del pensamiento y el sentimiento, porque cuando movemos dentro de nuestro corazón, movemos el mundo afuera.

La sincronicidad es importante porque muchas veces nos cuesta romper patrones y de pronto llega una ayuda externa, justo antes de tirar la toalla, es como si la vida y el universo supieran que estás haciendo un esfuerzo final. Una de las ideas para que la sincronicidad de resultados, es que no seas desleal a ti, que en los momentos de mayor necesidad seas fiel a los anhelos de tu corazón; La invitación hoy es que, NO TE RINDAS, porque la sincronicidad aparece, el universo está atento, son las leyes que gobiernan este mundo invisible y tu única tarea es mantenerte conectado con la fuente y abierto a todas las señales del camino.

Con amor,

Rosario Cardoso

Autoestima: ¿Y tú cómo vas con eso?


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Muchas veces, los seres humanos vivimos buscando avalúos afectivos y nos enfocamos en la aprobación de quienes nos rodean para sentirnos cómodos, nos gusta que nos digan que nos vemos muy guapos, que cocinamos delicioso, que nuestro trabajo estuvo excelente, que qué buen gusto tenemos etc. Bien es cierto que los halagos son nutritivos, es lindo que nos regalen un ramillete de palabras bonitas que nos haga producir endorfinas, pero también es verdad que eso no nos define, que por el puro hecho de estar en este plano con un montón de talentos, somos valiosos y que no hay necesidad de buscar aprobación por todas partes porque el cómo nos sentimos es una decisión meramente personal.

Seguro te ha ocurrido muchas de las veces que no te has sentido suficiente, que según tu perspectiva siempre hay alguien mejor que tú  y que nunca estás listo para prácticamente nada, y entonces repasas una lista mental inacabable de cualquier cantidad de carencias y pretextos del porqué no se dará la oportunidad que esperas, o del porqué no atraes a la gente que deseas o el trabajo que sueñas y así experimentas a la vida como una especie de espejo roto que te limita a mirar la belleza en todo y cuando te das cuenta, casi nada te parece y te miras instalado en un odio profundo a ti mismo que se proyecta a través de discusiones acaloradas con la gente que te rodea, en una crítica usualmente destructiva, en ese sentimiento inconsciente de envidia y produciendo en todo momento una serie de pensamientos y emociones que dan como resultado ese letargo crónico, que finalmente se traduce en una profunda frustración al no saber cómo empezar  de nuevo contigo.

¿Te has imaginado cómo serían tus relaciones con los demás si les hablaras como muchas veces te hablas a ti mismo?, así como cuando te dices: ¡Soy un estúpido!, ¡no soy bueno en lo que hago!, ¡no sirvo para ningún deporte!, ¡soy un inútil! Etc. Seguramente no, no lo haz imaginado pero a través de esta pregunta quizás logras mirar cuán agresivo suele ser tantas veces tu diálogo interno. Pero no te preocupes, deja la culpa a un lado que puedes empezar de cero en cualquier momento. Sí, se lee fácil, hay tantos libros y videos de autoayuda al respecto, pero lo cierto es que la autoestima es una especie de músculo que se entrena, es una cuestión de darse permiso, de ser, sentir, expresar, gozar, aprender, actualizarse, pedir, marcar límites, ser brutalmente auténtico y vivir con todas las consecuencias. Se trata de que no desees ser nadie más que tú mismo y que de una vez por todas conquistes al adulto que vive en ti.

Y bueno, ¿cómo entrenar el músculo de la autoestima?:

  • Lo primero que vamos a resaltar es que, ESTAR AQUÍ Y AHORA es la clave, yendo un día a la vez, proponiéndote objetivos alcanzables, sea lo que sea que desees ve poco a poco, pero cúmplete. Cuando postergas, cuando no concluyes, cuando por lo que sea te desvías de tu objetivo aún por corto o inmediato que sea, te estés saboteando por miedo o no reconocimiento de merecimiento. La voluntad es una palanca importante de la autoestima. Cumple tu palabra contigo, porque alguien que no tiene palabra consigo mismo, no la tiene con nadie más, una persona que no se compromete consigo, no es confiable, no puede generar relaciones comprometidas ni a largo plazo en ninguna de sus áreas. Cómo es adentro es afuera. Sé que es fuerte esto que acabas de leer, sin embargo es una realidad, si deseas construir algo profundo deberá ser a partir de ti, así que, pule tu espejo para que cualquiera que se mire a través de ti se guste cuando se mire en tus ojos.
  • Procura mirar la belleza en todo, todo es perfecto, cuando miras algo negativo o que te remueve algo, es tu ego, porque finalmente eres la más alta expresión de amor. Recuerda que no vemos al mundo como es, sino como somos y es nuestra propia oscuridad la que se proyecta, eres tú quien está frente a ti mismo todo el tiempo en formatos distintos.
  • No inviertas energía al darle tanta importancia a lo que se piense de ti, quita el foco de cumplir expectativas ajenas. Cuando tú das importancia a la retroalimentación de alguien o buscas aprobación todo el tiempo, cedes tu poder. El poder es personal, se comparte cuando amas y das de tu alma abundante pero no se reparte al por mayor pretendiendo quedar bien con todo el mundo, y una persona auténtica no siempre gusta porque confronta a quienes le rodean. La gente que se quiere mucho a sí misma molesta, hasta pareciera que el gozo y el placer son emociones penadas socialmente. Escúchate y actúa con absoluta libertad, no te quedes con las ganas de nada por miedo al qué dirán y además dicen por ahí: “No esperes a que todo el mundo te quiera, hay gente que no se quiere ni a sí misma”.
  • Marca límites. También, aprendiendo a decir no sin necesidad de mentir y poner excusas absurdas y sin dar mayor explicación, ejercitamos nuestra autoestima. No tienes por qué hacer algo si sencillamente no quieres. Expresa, procura ser asertivo, eso es decir lo que piensas y sientes sin agredir, sin esta necesidad de ganar y sin esperar otras ganancias secundarias, hablar desde el adulto maduro y no desde el niño herido. Decir lo que pensamos y lo que nuestro corazón siente es empoderador y liberador, es ser fiel a nuestra propia verdad, te invito a que lo intentes.
  • Valora lo que haces, no esperes a que alguien te diga que la comida te quedó deliciosa, que haces muy bien lo que haces o que tienes unos ojos y una sonrisa preciosa. Lastimosamente, a muchas generaciones nos educaron con esta falsa modestia, nos dijeron que era malo reconocer que teníamos algo bueno o que hacíamos algo bien porque pecábamos de soberbia y vanidad, así que, reconoce tus logros por pequeños que sean y prémiate, ve y cómprate tu postre favorito, ve al cine o al teatro, haz algo que te llene el alma. Todos tenemos un niño dentro que desea sentirse gratificado y tu adulto actual puede hacerlo sin esperar a que alguien más lo haga por ti. Deja de esperar de fuera y vive desde dentro.
  • Cuida tu salud, recuerda que los alimentos nos regalan una vibración y un estado de ánimo así que, procura tener una dieta balanceada y sana para que tu mente tenga claridad y puedas tomar las mejores decisiones para ti; Come muchos vegetales y de preferencia crudos, bebe suficientes líquidos, ejercítate, respira de manera consciente. Tu cuerpo es tu templo.
  • Si hablamos de energías sutiles, es elemental mantener abierto y limpio el chakra del corazón en la medida posible, procura mantener el pecho expandido cual súper héroe, escribe listas de las cosas que aprecias de ti, realiza afirmaciones positivas cortas en el transcurso del día y te darás cuenta cómo atraes belleza a ti. Si llegaras a sentir alguna emoción negativa, descárgala y sublímala, pero ojo, así como hay un lugar para comer y un lugar para ir al baño, hay sitios para descargar nuestra basura sin ensuciar a nadie, por ejemplo: escribe esas emociones negativas y quema la hoja, o rómpela y tírala en el inodoro; golpea algún cojín, o ve a un lugar solitario a gritar etc. Todos podemos sublimar nuestra basura y convertirla en amor, recuerda que lo que no liberas, lo somatizas a manera de enfermedad. Cuando alguno de nuestros chakras se bloquea, se bloquean todos porque nuestra energía vital se ve obstruida y particularmente el chakra del corazón, al ser el cuarto de siete, funciona como un filtro. Hazte responsable y dale salida a creencias y experiencias que ya caducaron… ¡Actualízate y vuelve a empezar! Pero, ¿qué significa hacerte responsable? Reconocer que, no es que alguien te haga daño porque “dejó de quererte o te maltrató”, simplemente te reflejó una parte tuya pendiente de trabajar, donde hay fricción hay evolución. Lejos de necear y rogar para que te quieran, mejor observa qué herida te ancla con la otra persona y enfócate en sanar, para que puedas proyectar vitalidad y salud y atraigas otro tipo de personas y circunstancias a tu vida. Atraes lo que eres ni más ni menos. Cuando emites amor, bendices con tu presencia.
  • Perdona, deja que salga toda esa energía estancada. Tú eres un ser perfecto, el ego es quien nos pone en la posición de desear tener la razón y finalmente somos todos uno, somos proyección, nos mostramos nuestra propia luz y sombra en medio de nuestras relaciones.
  • Abraza tu sombra, o mejor dicho tu imperfección, rompe con el creer que para que los demás te quieran debes hacer las cosas siempre bien, baja tus estándares, insisto, ámate a ti como dicen en los matrimonios, incluso haz tus propios votos afirmando: “Yo, me acepto a mí y prometo serme fiel, en la salud y en la enfermedad, en lo próspero y en lo adverso y amarme y respetarme todos los días hasta el fin de mi vida”.

Eres la única persona con quien tienes la garantía de que pasarás el resto de tu vida contigo, no tienes alternativa.

Autoestima es vitalidad, el querernos es medicina, nos vuelve resistentes. Deja que la energía más pura del universo  fluya dentro de ti. Una persona que no se ama a sí misma puede tener una vida de sacrifico con los otros, huye, deja el drama, eres parte de la fuente de amor, reconéctate y abrázate, ámate descaradamente y anímate a pagar el precio de la plenitud cotidiana, en gerundio con lo que hoy eres, hoy puedes y hoy tienes. Hazlo, gústate y apuéstate, no te abandones.

Con amor

Rosario Cardoso

El regalo de la consciencia


 

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“La consciencia y la presencia siempre suceden en el ahora, si estás tratando de hacer que algo suceda, entonces estás creando resistencia hacia lo que es, es la eliminación de la resistencia lo que permite que toda energía evolutiva se desarrolle” – Eckhart Tolle

Mucho se habla hoy de consciencia,  cada vez son más los libros de la mesa de best sellers plagados de esta palabra, prácticas espirituales que nos invitan a expandirla, coaches y gurús empleando el término en videos y rituales invitándonos a la evolución y trascendencia, pero, ¿qué significa?, ¿qué puede implicar?

Consciencia es la capacidad del individuo de “darse cuenta de que se está dando cuenta”, para entonces hacer algo con lo que está pasando; Consciencia, es un proceso de autoconocimiento y son muchos los caminos que existen para evolucionar en esos estratos.

De inicio, cabe decir que, ser consciente parte del  permanecer aquí y ahora sin resistencias ni fantasías, es abrir los 5 sentidos a este preciso instante: mirar los colores de los objetos o paisajes que nos rodean, las sonrisas, los ojos de quienes están cerca de nosotros; Es abrirnos a sentir la temperatura del lugar en el que nos encontramos, escuchar con atención cada sonido, desde los más cercanos, hasta los más lejanos, desde los más graves hasta los más agudos; Es degustar los alimentos con calma, gozo y gratitud, experimentar a flor de piel cada textura y estar tan en contacto con nuestro propio cuerpo que podamos escuchar cada mensaje y dialogo interno, observando cada pensamiento y detectando aquellos más recurrentes para poco a poco ir descubriendo cuáles son las creencias que nos conforman, porque finalmente nuestras creencias son esos lentes a través de los cuáles vemos el mundo y bien dicen los sabios que no vemos al mundo como es, sino más bien como nosotros somos. “Aquí y ahora” es donde confluyen pasado, presente y futuro, y cuando negamos lo que ocurre y lo que sentimos, generamos resistencia y no permitimos que nuestra consciencia no sólo se expanda, sino que también se abra a nuevos posibles escenarios.

Ocurre la mayor parte del tiempo, que un sinfín de nuestros hábitos y reacciones son en automático, muchas de las veces ya no cuestionamos nuestros impulsos, vamos por ahí con los mismos patrones y dinámicas de relación, repitiendo escenas con diferentes actores. La ventaja es que a través de explorar nuestra consciencia y del “darnos cuenta”, poco a poco rompemos esos esquemas y al actualizar creencias caducas en automático re direccionamos nuestra experiencia de vida más hacia la plenitud y el gozo.

Entre lo que sentimos y el mundo que nos rodea, cada ser humano tiene la oportunidad de participar en los eventos que ocurren en su contexto sin que esto implique propiamente el controlar, y hacerlo desde el amor y el perdón o la venganza y el dolor dependen del estado de nuestra consciencia, esa que podemos descubrir y conocer si nos quedamos en silencio para saber cuáles son nuestras verdaderas intenciones y anhelos más profundos, y en la medida contemplar las causas que producen ciertos efectos y no desencadenar eventos adversos.

Cuando experimentamos algún proceso crítico y logramos trascenderlo, es como si nuestra consciencia diera un salto cuántico: cuando experimentamos alguna crisis y salimos victoriosos, cuando abrazamos nuestra sombra y reducimos nuestras propias proyecciones convirtiéndonos en seres más empáticos, nos convertimos en seres más evolucionados, seres que se aproximan más a la autorrealización.

La consciencia no permanece estática, se transforma en todos los momentos y son muchos los caminos para ensancharla y percibir la realidad de una manera más amigable, una realidad en la que podamos integrar a personas y circunstancias que nos ponen a prueba disolviendo tantas fronteras con los demás como sea posible. Hacernos conscientes, es una tarea de vida y lo hacemos a través de cada relación, porque para integrar primero hay que proyectar, porque hacernos conscientes es también humanizarnos. Todas las prácticas espirituales tienen como fin propiciar la unión del alma individual con el alma universal, disolver tiempo y espacio comprendiendo que lo que hacemos al otro, nos  lo hacemos a nosotros mismos, por la sencilla razón de que “todo es uno”, somos UNO.

Ser consciente, implica una alta dosis de responsabilidad y auto observación, es un trabajo realmente profundo, y cuando se habla de responsabilidad es sobre asumir los costos de cada uno de nuestros actos y palabras, dejar de culpar a Dios o al universo por “la mala suerte” y asumirnos co creadores de la realidad que cada uno vive y hacer lo necesario para crear desde la gratitud y la certeza y no desde la carencia y el miedo. Estamos diseñados para evolucionar y para trascender.

Explórala, medita, contempla, camina en silencio, escribe lo que piensas, escúchate  y has lo que todo eso que te permita entrar en profundo contigo contacto contigo, deja que se te inunde el alma de presencia. Parte de la maravilla de nuestra dimensión espiritual es que no hay ningún rincón dentro de cada ser humano que no pueda ser iluminado por la luz de la consciencia.

Amorosamente

Rosario Cardoso