Poco a poco se me abre la conciencia, pero vivo condenada a lidiar con las palabras, eternas compañeras que vuelan como hadas, unas buenas y otras malas, luz y sombra para el alma, poderosas, placenteras, deliciosas y asesinas, así son las muy benditas, como gotas de miel virgen, como gotas de agua fresca, danzan, brincan, se multiplican y se esconden cuando más las necesitas. Benditas palabras, esencia de la vida, herramientas del poeta, de las almas que se aman, del político que clama y de la madre que guía. Invencibles, poderosas, crueles y melosas, agudas, graves, esdrújulas y de colores, exóticas, místicas, de todos tamaños, de todas las especies, de todos los matices. Sal y pimienta, sístole y diástole, basta una hoja en blanco para que de modo sublime y erótico gesten ideas, canciones y novelas que se guardan y quedan plasmadas en la mente y el corazón de quien las lee, de quien las oye, de quien las siente. Intangibles, mágicas, traicioneras y perversas, suaves como seda y ásperas como las dunas del desierto, pero así las amo, las disfruto, a ratos vergonzosas y a ratos orgullosas, me conquistan y me atrapan, me enredan entre sus múltiples raíces y a quemarropa me matan, y de igual modo con su divina omnipotencia encantadoras me levantan y magistralmente me seducen. Cosquillean mis dedos, desenfrenan mi lengua florecen en mis labios y cansadas reposan hoy aquí… ante tus ojos.
¡Dale Gitana!
Que me he queda’o con la boca abierta!
Sigue escribiendo, que yo seguiré leyendote!
Te quiero Tirry.
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Este es mas mi estilo………me gusta!!!!
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