
La oración es la elevación de la mente hacia aquello que deseamos. A muchos de nosotros, desde muy pequeñitos, se nos enseñó a conectar con algo más grande a través de la plegaria, independientemente del credo al que perteneciéramos, aprendimos de nuestros mayores que había energías en otros planos disponibles para acompañarnos, cuidarnos y ayudarnos cuando nos encontráramos en apuros. Aprendimos diferentes maneras de hacerlo, probamos que algo ocurre en el corazón, el cuerpo y el entorno de quien ora y por quien se ora y así hemos ido experimentando milagros pequeños y grandes, para uno mismo o para alguien más.
También, hemos sentido en diferentes momentos que nuestras oraciones no son atendidas, hemos experimentado ese vacío existencial acompañado de una gran impaciencia al sentir que nuestro deseo se resiste a materializarse y a menudo te preguntarás porqué.
Antes de compartirte mi perspectiva completa, me gustaría mencionar que si queremos que nuestra plegaria tenga resultados hay un trabajo previo profundo, un trabajo de exploración y autoconocimiento, que si bien es cierto que orar es mágico y sanador estos son los aspectos que yo considero debemos tomar en cuenta para orar de una manera efectiva:
1) Cuando hablamos de oración peticionaria, es bien importante que sepamos qué es exactamente lo que queremos, para qué lo queremos, cómo lo queremos, cuándo lo queremos y con quién lo queremos, que tengamos la capacidad de distinguir si eso que deseamos proviene del ego o proviene del alma. ¿A qué me refiero con esto?, yo puedo desear mucho un ascenso en el trabajo y pedir encarecidamente por eso, sin embargo yo lo que deseo en realidad no es un ascenso porque realmente me apasiona lo que hago ni porque me mueva el deseo genuino de dar un paso en mi carrera, sino más bien tengo la necesidad de ser reconocida y admirada y considero que podría ser a partir de un título y poder; Otro ejemplo es que, puedo yo desear una pareja y pedir para que llegue, pero entonces sería importante validar si yo estoy deseando una pareja porque estoy dispuesta y lista para compartir desde un reconocimiento y amor profundo a mí misma, o bien mi deseo proviene desde la carencia, sólo porque quiero compañía para cumplir con una expectativa social o una buena manutención. Echa un clavado en ti y explora, estos sólo son un par de ejemplos que nos dan cierta luz, lo que sigue es ser brutalmente honestos con nosotros mismos e identificar la intención real de eso que queremos y si tú pese a haber encontrado que tu deseo proviene del ego continuas pidiéndolo y te es concedido, deberás asumir todas las consecuencias.
2) Es elemental no mandarnos dobles mensajes. ¿Cómo?, ¿cómo hacemos esto? Es muy inconsciente, imagínate que estás buscando un empleo, pides a eso en lo que crees todas las mañanas un empleo, resulta que encuentras una vacante y ya que estás esperando la entrevista, te sientes incompetente, te invade el miedo, sientes que no estás listo o lista y que el candidato de junto es mucho mejor, cuando si así fuera no te hubiera llegado la posibilidad. Muchas veces eso que más deseamos es lo que más miedo nos da. Y recuerda que el amor y el miedo no pueden co- existir. Si no estuvieras listo, las posibilidades no pasarían siquiera por tu mente. La peor ofensa a ti es dudar de ti mismo.
Date cuenta que cuando pides algo, en realidad te estás pidiendo permiso a ti mismo de que ocurra.
3) Acompaña tu oración con la intención de rendición y de perdón. Todo el tiempo estamos perdonando, perdonar es un ejercicio constante, no somos producto terminado; Orar implica rendirnos, asimilar que nos sentimos incompetentes, confiar en que hay una fuerza divina que se encarga de poner todas las piezas en su lugar; Se trata de orar con humildad, a sabiendas de que todo tiene un para qué y que muchas veces lo que yo puedo desear no tiene un fin elevado, así que, suelta los controles y confía que lo que ocurra será perfecto. Confía en el fondo y no en la forma que muchas veces los mejores regalos vienen en empaques mal envueltos.
4) Orar implica congruencia entre mi emoción, mi sentimiento y mi pensamiento. Muchos metafísicos y sabios dicen: CONVIÉRTETE EN TU PROPIO DESEO, víbralo imagínate cómo te sentirías si ya lo tuvieras, si lo que buscas es salud no digas: “Dios, dame salud”, mejor di: “Gracias porque gozo de salud perfecta en todos los planos”, y entonces imagina a cada una de tus células llenas de luz, observa a tu cuerpo con amor y siente ese calorcito de energía que recorre tu cuerpo, aunque te cueste visualizarlo e imaginarlo, pero todo eso ya está, ya existe, se trata sólo de reconectar con la fuente de amor infinito e incondicional de la que somos parte. Somos uno con ella, somos todo lo bueno, somos eso y nada más. Si buscas una pareja, no digas: “Dios concédeme un novio”, mejor di: “Gracias porque yo soy amor, porque veo magia y belleza en todas partes y conecto con el amor en todas sus formas”. Enamorarte de ti y disfrutarte en ese caso es convertirte en tu propio deseo.
No te aferres a alguien en particular, eso proviene del ego, eso es controlar y muchas veces entre más nos aferramos a algo o alguien generamos resistencia, es como si asfixiáramos nuestro deseo por la misma ansiedad. Insisto, se trata de confiar y trabajar en la humildad, en antes que cualquier otra cosa, en pedir sabiduría y entendimiento. Nuestros deseos muchas veces se limitan a lo que percibimos con los sentidos, no a lo que realmente es, no conocemos incluso muchas veces ni cuáles son nuestras verdaderas intenciones.
Esto implica también reconocer que se trata de sacar nuestra mejor versión, de intentar mantenernos con una frecuencia elevada, de tratar a los demás como nos gustaría ser tratados.
Si consigues sacar tu mejor versión con todo lo que esto implica (comer sano, ejercitar cuerpo y mente, estar en constante aprendizaje, tener una vida creativa activa etc.) tu oración será escuchada con mayor efectividad, porque estarás en una vibración alta y consciente y todo lo que no sea bueno o sano para ti, se alejará por sí solo. Si buscas compañía, conviértete tú primero en esa compañía que añoras, si buscas un empleo bien remunerado donde tu trabajo sea reconocido, primero reconócelo tú. Si buscas relaciones comprometidas y a largo plazo, primero comprométete contigo y cúmplete lo que te prometes. Recuerda que este mundo es un espejo y tus oraciones son escuchadas muy en función a lo que tú eres, tú eres un instrumento, ¡afínate!
5) Algo sumamente importante es DAR GRACIAS POR TODO. Si tenemos el buen hábito de agradecer cada una de nuestras bendiciones, recibiremos más de lo mismo. Somos imanes y el conectar con la gratitud es reconectar con la fuente. Puedes convertir tu vida en una oración a partir de la gratitud. Que al abrir los ojos sea lo primero que venga a tu mente, pega letreritos en tu recámara, agradece las sábanas limpias, el agua caliente de la regadera, el sol, el café, el alimento, las sonrisas, tu provisión, tu empleo, agradece por la salud, la familia, las experiencias e incluso esos regalos que parecen mal envueltos, mejor dicho, experiencias desagradables.
6) Otra cosa importante es, COMPARTE, comparte lo que puedas, lo que tengas desde tu corazón. Comparte tu presencia, tu escucha, tu solidaridad, tus abrazos, tu alimento, tus talentos, tu conocimiento. Cuando compartes haces espacios para que lleguen cosas nuevas, pero no lo hagas bajo esa premisa, hazlo desde reconocer al otro como una parte de ti, como esa extensión tuya que es tu hermano. En tus oraciones pide por otros, lo que pides para otros lo pides para ti. Si deseas “pedir” por la salud de alguien más, visualízale rodeado de luz, mándale luz. La mente es poderosa, funcionamos como el Wi-fi, nuestras intenciones no se ven pero la otra persona las recibe a la distancia.
7) VISUALIZA y PRACTICA. La imaginación es nuestra herramienta más poderosa. Se trata de ponernos en acción mentalmente, de sostener la atención del deseo cumplido hasta que llene la mente y la empuje a vivir sincronicidades correspondiendo a la acción de la consciencia.
La oración es una rendición, significa, abandonarse uno mismo al sentimiento del deseo cumplido.
El metafísico Neville Goddard decía que en lo que debemos trabajar no es en el desarrollo de la voluntad, sino en la educación de la imaginación asumiendo el sentimiento del deseo cumplido.
Persiste, que el que pide recibe y donde está tu consciencia está tu energía lista para materializar. Domina tu mente, si hay algo que desearías cambiar, muévete en tu imaginación, mírate y experimenta con los cinco sentidos cómo llegas a donde quisieras estar sin tiempo ni espacio, ya que el cerebro no distingue entre imaginación y realidad. Cada cosa y cada uno en tu mundo eres tú mismo exteriorizado, todo es proyección, todo es uno y por eso todas las cosas y posibilidades están contenidas dentro de ti. Imaginando es como vamos solidificando hechos.
Amorosamente
Rosario Cardoso