La compasión está tocando la puerta


En pocos días cumpliré años, me gustan los ahá moments de regalo.  Escribir aquí, me da la posibilidad de vulnerarme porque yo sé que quizás exista alguien del otro lado que se sienta como yo, y proyectar la herida con consciencia y compasión también sana.

En mi carta astral, en mi casa 6 – la casa del propósito de vida- está Quirón: “el sanador herido”, y aunque lo que voy a decir no es precisamente una verdad absoluta, es cierto que a veces cuando más rotos estamos es cuando más podemos servir. ¡Vaya paradoja!… ¿o paraJoda?

Pero bueno, me he reunido contigo esta mañana con café en mano a través de esta pantalla para platicarte mi última revelación, sí, sí… déjame imaginar que te conozco desde hace mucho tiempo, así que por favor no tengas ninguna expectativa sobre mí y sólo déjame contarte…

Resulta, resalta y acontece que estaba en mi clase de box mañanera – boxear es una de mis prácticas espirituales cotidianas primordiales – y mientras golpeaba con gusto y singular alegría, pensaba en esa huelga afectiva que me marqué yo sola hace exactamente un año. Mi historial amoroso no ha sido muy extenso pero sí muy intenso, siempre me he asumido como una mujer muy libre pero eso no me quita ningún anhelo, mis deseos siempre están danzando como niños en dulcería, y con deseos me refiero por ejemplo,  al hecho de terminar de remendar lo que haya que ser restaurado dentro de mí para que mi inconsciente deje de llevarme por lugares oscuramente conocidos, de esos en los que a pesar de la negrura o llevar los ojos vendados, uno llega fácilmente habiendo creado incluso surcos de tanto ir y venir; esos espacios en donde las autoprofecías se cumplen porque uno termina actuando cosas que la psique esconde en sus profundidades y que puede ser tan doloroso como para no lograr ser nombrado, que nada como recrear el lugar de los hechos y llegar a los mismos infiernos pero con diferentes diablos. Y no, no, no, ¡no me juzgues!, y es que, aunque efectivamente estoy hablando de heridas primarias, no quiero moverme como siempre en el lado de “la que sabe”, quiero más bien ser tantito vulnerable aquí, pero bueno, prosigamos…

Mi hallazgo  fue que,  luego de haberme asociado con gente que no ha estado disponible – porque claramente yo tampoco lo he estado -, desde mi lugar más roto sentí el drama del rechazo, y en medio de esa historia que yo me he contado, me di cuenta de cuántas puertas he cerrado en muchas de mis dimensiones personales para que nadie entre, especialmente gente que vuelve del pasado, y en casos muy particulares me mueve una vergüenza sexual muy cabrona, porque aunque yo sé que en mis relaciones “amorosas”  pasadas yo hice lo mejor que podía con lo que tenía, en muchos momentos me faltó ser lo suficientemente asertiva como para saber exactamente dónde estaba parada, porque yo metía ambos pies en algo que parecía que era un noviazgo, mientras el otro sólo tenía un pie adentro con el discurso de “nos estamos conociendo”, yo románticamente pensaba que “los títulos no importaban” – inocente pobre amiga – ¡pero claro que importan!. Me tomó tiempo asumir que no es que yo fuera una tonta, simplemente que son cosas que he venido aprendiendo a la mala yo solita, mira, yo vengo de una familia de mujeres en donde no hubo ninguna figura masculina presente, no tuve ningún modelaje sobre lo que había que hacer en una relación, cómo se construía, qué significaba qué o cómo se marcaban límites. Abrí mis puertas en muchos momentos gracias a mis huecos y curiosidades, yo sí era esa a la que le decían mi alma y ahí estaba 100% disponible. Con profunda compasión observo esa parte de mi historia y me doy cuenta de que la vergüenza está sentada en medio de mi sala tomándose también su tacita de café queriéndome enseñarme aún no descubro qué, pero mientras tanto te lo quise compartir.

Para mí, integrar la energía masculina a mi vida y honrar esa fuerza ha sido un trabajo largo. En mi caso, mi propia energía masculina la tengo muy bien asumida porque dadas las circunstancias en mi familia de mujeres, me volví cazadora de búfalos como mi madre y mis hermanas, por otro lado, el arquetipo de Artemisa se ha apoderado de mi a lo largo de casi toda mi vida, hoy me encantaría encontrar un lugar seguro en el que pudiera quedarme tranquilamente a cuidar el fuego mientras dejo el arco en el piso y dejar de salir a cazar. Disfrutaría que Afrodita supliera a Artemisa cada vez más seguido, podríamos organizarnos para que puedan coexistir ambas en mí.

Estoy llegado a un lugar interno muy bonito, de mucha misericordia y un autocuidado más consciente, no desde la reactividad, soy más proactiva conmigo y tengo cada vez más claro el valor del tiempo.

Quizás siga un ratito más en huelga afectiva, tomando cafecito y contándote las novedades. La vergüenza sigue en la sala pero la compasión acaba de tocar la puerta…

Con amor

RC

El rebozo de María


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Van a dar las 7:00 pm, llevo horas en silencio intentando tomar consciencia y habitar lo que soy. Como siempre que tengo el espacio tomé ya un par de tazas de café, y en tanto pensaba en los rebozos de mamá.

Ahora que ella no está, mis hermanas, mis hermanos y yo nos disputábamos sus rebozos como la mejor herencia que pudiéramos tener, de pronto porque representa su abrazo, es como si una segunda piel se quedara guardada en la memoria de nuestro cuerpo, una especie de manto protector que nos reconecta con su energía amorosa.

Estando en casa, en medio de su ritual de despedida pensaba en que todas las mujeres de nuestra familia debían conservar un rebozo de ella: la abuela.

Para su partida, le pusimos un rebozo precioso, deshilado color perla y en mi búsqueda y selección curiosa encontré uno con más de treinta años, los había en rosa, blanco, negro, verde, gris, gris con blanco, gris con negro, había con flores, deshilados, en combinaciones con dorado y palo de rosa. Yo los tomaba y los olía, pensaba en cómo además de representar su abrazo, me significan dignidad… sí, tengo escenas de cómo tantas mujeres como mi madre lo usaban y lo cruzaban con ese impulso y ese aire de resiliencia, mamá lo portaba con devoción y altivez, en medio de sus batallas ella se tenía a sí misma y a su rebozo en el que acunaba a cada uno de nosotros y se envolvía a ella misma.

Su rebozo fue nuestra cuna, nuestro hogar, ese espacio en donde probablemente nacieron todos nuestros apegos para con ella, ahí cada uno en su tiempo escuchamos el tambor de su corazón, su respiración, sentimos su calor y en muchos momentos compartimos su soledad y angustia mientras esperábamos las vacas gordas.

Con su rebozo y cercanía no hizo falta discurso alguno, símbolo de feminidad para nosotras, de elegancia y protección, ¿qué más pudimos pedirle a mamá que no nos hubiera dado?

Yo me quedé con uno que espero usar con la misma dignidad que ella lo vestía y estoy segura que cuando lo use reconectaré con su abrazo, su calor y su magia.

Sé que el rebozo mi María me acompañará en momentos especiales, decidí usarlo cuando me toque diseñar algún taller, círculo o conferencia para mujeres, me sentiría muy honrada en compartir con otras sintiéndome abrazada y acompañada por mamá, lo utilizaré para gestar sueños y parirlos como un ritual de psicomagia, para reacomodar algunas emociones o sencillamente cuando me sienta hormonal y sola.

Cuando una mamá se va es cuando al fin nos convertimos en adultos, es ahí cuando nos toca sacar a flote a nuestra madre interior, utilizar todas nuestras herramientas y recursos internos para a partir de esa presencia divina que nos habita florecer en medio de la ausencia de nuestra génesis.

Con amor

Rosario Cardoso

Sincronicidades: luces y señales.


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¿Recuerdas cómo en más de una ocasión has pensado o soñado con una persona y de pronto sonó el teléfono y era ella?, ¿o cómo ibas caminando pensando en algún número y de repente volteas y lo ves en la numeración de una casa?, o también como cuando te acuerdas de una canción que no está ya de moda y de pronto la escuchas a todo volumen en un auto que va pasando; La lista de ejemplos puede ser inmensa, así que te toca reflexionar sobre tus propias sincronicidades.

Los seres humanos, vivimos una infinita cantidad de eventos que muchas veces creemos que sólo son casualidades, pero cuando nos compramos la idea de que es sólo una casualidad, corremos el riesgo de perdernos de información valiosa y así nos vamos a dormir con la mente bloqueada o incrédula luego de en el transcurso del día habernos encontrado con un símbolo de manera recurrente, un recuerdo o alguna frase peculiar que nos hizo vibrar.

La palabra sincronicidad proviene de  <<sin-, del griego συν-, unión, y χρόνος, tiempo>>; es el término elegido por Jung para referirse a  dos hechos vinculados de manera simultanea y de forma causal, por tanto, hablaremos de una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí sin motivo aparente, pero con un contenido sumamente significativo, de esos que estremecen cimbrando hasta el alma. El punto aquí es que cada persona con la que te encuentras, cada imagen que se te presenta, cada frase y canción que lees y escuchas, cada lugar que pisas, cada evento que vives y cada sueño que experimentas, tiene un mensaje, una razón de ser, TODO TE ESTÁ ENSEÑANDO ALGO, lo que ocurre es que los seres humanos vamos muchas veces distraídos mirando qué es lo que hace falta, obsesionados con mirar el vaso medio vacío, y recuerda que donde está tu corazón está tu tesoro, y donde está tu tesoro está tu energía y donde está tu energía es donde está tu consciencia y es ahí donde está tu poder de manifestación y su materialización.

Si tan solo pusiéramos más atención a lo que soñamos muy probablemente seríamos seres más poderosos y conscientes. Los sueños son mensajes de nuestro mundo interior, son grandes maestros que nos vienen a mostrar grandes aspectos de nosotros mismos y el mundo que nos rodea, porque la mayoría de las veces en cada sueño eres tú todos los personajes, son muchos de ellos fragmentos de tu propia personalidad.

La sincronicidad, para la mente racional se llama “casualidad”, sin embargo el destino tiene señales y hay que estar atentos para verlas, hay que conectar con la fuente para tocar ese vínculo entre lo material y lo espiritual.

El universo tiene una especie de orden, por eso es que muchas veces las cosas no son cuando se nos da la regalada gana, porque en el camino hay mucho más, por tanto FÉ ES PACIENCIA.

Las sincronicidades ocurren cuando eventos se unen en relación al estado interno de una persona, es ese tejido profundo de las cosas, todos tenemos un universo oculto y vivimos proyectando, atrayendo a partir del sentimiento, es así como hacemos uso de la capacidad que tenemos los humanos de abrir campos nuevos.

¿Te ha pasado que de pronto te equivocas y te has encontrado envuelto en una serie de eventos?

De pronto resulta que te encuentras con un animal de manera recurrente que te significa  de una u otra forma, que te genera una sensación, o algún tipo de elemento o símbolo o sueño, o es también como cuando un día dices “hoy voy a tomar clases de baile” y sales a la calle y de pronto alguien te da información de clases de baile a tres cuadras de tu casa o tu trabajo.

Hay fenómenos que marcan nuestra experiencia pero hay otros que son advertencias, basta con poner el foco en nuestras sensaciones corporales y no hacer caso omiso a éstas

Por eso y más, es importante darte cuenta y conocerte, mirar tus vicios y patrones, sólo tienes que darte cuenta sin exigirte un cambio inmediato, porque cuando te das cuenta generas consciencia y la consciencia te redirecciona a lugares distintos con gente nueva y cuando te fijas en el fenómeno, éste crece, por eso es que nuestro miedo u opuestamente nuestra sensación y deseo de bienestar se expande y transforma todo el entorno.

Cuando tienes una idea muy clara el universo conspira y se abren puertas, pero ocurre también que muchas veces la soberbia nos impide avanzar, el creer que lo sabemos todo y que tenemos la razón no admitendo nuestras propias limitaciones.

¿Qué hacer para tener el corazón y la mente abierta?

Transformar y hacer que ocurra una evolución a través de lo que vives enfocándote en el para qué y no en el por qué.

Las sincronicidades son luces del destino aunque nos empeñemos en mirar las cosas de manera causal,  ¿y qué tal si en lugar de interpretar la causa vamos más allá y vemos qué mensaje nos está transmitiendo aquello?, por eso no te enojes cuando pierdes el transporte, o cuando algo que tanto quieres no llega, por eso mantente completamente  presente y apuéstale al aquí y ahora, no vivas en automático porque entonces cuando vamos ensimismados en la densidad  de nuestra mente, nos perdemos de todas estas señales, tan bonito que es caminar y observar los rostros, los árboles, tantos colores y ese gozo que da cuando el viento nos despeina. Con tanta más lucidez vivamos podremos ver las señales: liberémonos de  nuestra forma de pensamiento lineal.

Abrámonos ante el hecho de que todo son escalas vibracionales que nos conectan unos con otros, por ejemplo, lo que ocurre con la astrología (el impacto de la luna y los movimientos planetarios en la tierra y los seres humanos) es que se produce una sincronización dentro de nosotros, porque somos uno, porque este mundo es un espejo y así es como se da esa sincronicidad en nuestro mundo interno y el universo, por eso se habla también del poder del pensamiento y el sentimiento, porque cuando movemos dentro de nuestro corazón, movemos el mundo afuera.

La sincronicidad es importante porque muchas veces nos cuesta romper patrones y de pronto llega una ayuda externa, justo antes de tirar la toalla, es como si la vida y el universo supieran que estás haciendo un esfuerzo final. Una de las ideas para que la sincronicidad de resultados, es que no seas desleal a ti, que en los momentos de mayor necesidad seas fiel a los anhelos de tu corazón; La invitación hoy es que, NO TE RINDAS, porque la sincronicidad aparece, el universo está atento, son las leyes que gobiernan este mundo invisible y tu única tarea es mantenerte conectado con la fuente y abierto a todas las señales del camino.

Con amor,

Rosario Cardoso

La oración consciente


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La oración es la elevación de la mente hacia aquello que deseamos. A muchos de nosotros, desde muy pequeñitos, se nos enseñó a conectar con algo más grande a través de la plegaria, independientemente del credo al que perteneciéramos, aprendimos de nuestros mayores que había energías en otros planos disponibles para acompañarnos, cuidarnos y ayudarnos cuando nos encontráramos en apuros. Aprendimos diferentes maneras de hacerlo, probamos que algo ocurre en el corazón, el cuerpo y el entorno de quien ora y por quien se ora y así hemos ido experimentando milagros pequeños y grandes, para uno mismo o para alguien más.

También,  hemos sentido en diferentes momentos que nuestras oraciones no son atendidas, hemos experimentado ese vacío existencial acompañado de una gran impaciencia al sentir que nuestro deseo se resiste a materializarse y a menudo te preguntarás porqué.

Antes de compartirte mi perspectiva completa, me gustaría mencionar que si queremos que nuestra plegaria tenga resultados hay un trabajo previo profundo, un trabajo de exploración y autoconocimiento, que si  bien es cierto que orar es mágico y sanador estos son los aspectos que yo considero debemos tomar en cuenta para orar de una manera efectiva:

1) Cuando hablamos de oración peticionaria, es bien importante que sepamos qué es exactamente lo que queremos, para qué lo queremos, cómo lo queremos, cuándo lo queremos y con quién lo queremos, que tengamos la capacidad de distinguir si eso que deseamos proviene del ego o proviene del alma. ¿A qué me refiero con esto?, yo puedo desear mucho un ascenso en el trabajo y pedir encarecidamente por eso, sin embargo yo lo que deseo en realidad no es un ascenso porque realmente me apasiona lo que hago ni porque me mueva el deseo genuino de dar un paso en mi carrera, sino más bien tengo la necesidad de ser reconocida y admirada y considero que podría ser a partir de un título y poder; Otro ejemplo es que, puedo yo desear una pareja y pedir para que llegue, pero entonces sería importante validar si yo estoy deseando una pareja porque estoy dispuesta y lista para compartir desde un reconocimiento y amor profundo a mí misma,  o bien mi deseo proviene desde la carencia, sólo porque quiero  compañía para cumplir con una expectativa social o una buena manutención. Echa un clavado en ti y explora,  estos sólo son un par de  ejemplos que nos dan cierta luz, lo que sigue es ser brutalmente honestos con nosotros mismos e identificar la intención real de eso que queremos y si tú pese a haber encontrado que tu deseo proviene del ego continuas pidiéndolo y te es concedido, deberás asumir todas las consecuencias.

2) Es elemental no mandarnos dobles mensajes. ¿Cómo?, ¿cómo hacemos esto? Es muy inconsciente, imagínate que estás buscando un empleo, pides a eso en lo que crees todas las mañanas un empleo, resulta que encuentras una vacante y ya que estás esperando la entrevista, te sientes incompetente, te invade el miedo, sientes que no estás listo o lista y que el candidato de junto es mucho mejor, cuando si así fuera no te hubiera llegado la posibilidad. Muchas veces eso que más deseamos es lo que más miedo nos da. Y recuerda que el amor y el  miedo no pueden co- existir. Si no estuvieras listo, las posibilidades no pasarían siquiera por tu mente. La peor ofensa a ti es dudar de ti mismo.

Date cuenta que cuando pides algo, en realidad te estás pidiendo permiso a ti mismo de que ocurra.

3) Acompaña tu oración con la intención de rendición y de perdón. Todo el tiempo estamos perdonando, perdonar es un ejercicio constante, no somos producto terminado; Orar implica rendirnos, asimilar que nos sentimos incompetentes, confiar  en que hay una fuerza divina que se encarga de poner todas las piezas en su lugar; Se trata de orar con humildad, a sabiendas de que  todo tiene un para qué y que muchas veces lo que yo puedo desear no tiene un fin elevado, así que, suelta los controles y confía que lo que ocurra será perfecto. Confía en el fondo y no en la forma que  muchas veces los mejores regalos vienen en empaques mal envueltos.

4) Orar implica congruencia entre mi emoción, mi sentimiento y mi pensamiento. Muchos metafísicos y sabios dicen: CONVIÉRTETE EN TU PROPIO DESEO, víbralo imagínate cómo te sentirías si ya lo tuvieras, si lo que buscas es salud no digas: “Dios, dame salud”, mejor di: “Gracias porque gozo de salud perfecta en todos los planos”, y entonces imagina a cada una de tus células llenas de luz, observa a tu cuerpo con amor y siente ese calorcito de energía que recorre tu cuerpo, aunque te cueste visualizarlo e imaginarlo, pero todo eso ya está, ya existe, se trata sólo de reconectar con la fuente de amor infinito e incondicional de la que somos parte. Somos uno con ella, somos todo lo bueno, somos eso y nada más. Si buscas una pareja, no digas: “Dios concédeme un novio”, mejor di: “Gracias porque yo soy amor, porque veo magia y belleza en todas partes y  conecto con el amor en todas sus formas”. Enamorarte de ti y disfrutarte en ese caso es convertirte en tu propio deseo.

No te aferres a alguien en particular, eso proviene del ego, eso es controlar y muchas veces entre más nos aferramos a algo o alguien generamos resistencia, es como si asfixiáramos nuestro deseo por la misma ansiedad. Insisto, se trata de confiar y trabajar en la humildad, en antes que cualquier otra cosa, en pedir sabiduría y entendimiento. Nuestros deseos muchas veces se limitan a lo que percibimos con los sentidos, no a lo que realmente es, no conocemos incluso muchas veces ni cuáles son nuestras verdaderas intenciones.

Esto implica también reconocer que se trata de sacar nuestra mejor versión, de intentar mantenernos con una frecuencia elevada, de tratar a los demás como nos gustaría ser tratados.

Si consigues sacar tu mejor versión con todo lo que esto implica (comer sano, ejercitar cuerpo y mente, estar en constante aprendizaje, tener una vida creativa activa etc.) tu oración será escuchada con mayor efectividad, porque estarás en una vibración alta y consciente y todo lo que no sea bueno o sano para ti, se alejará por sí solo. Si buscas compañía, conviértete tú primero en esa compañía que añoras, si buscas un empleo bien remunerado donde tu trabajo sea reconocido, primero reconócelo tú. Si buscas relaciones comprometidas y a largo plazo, primero comprométete contigo y cúmplete lo que te prometes. Recuerda que este mundo es un espejo y tus oraciones son escuchadas muy en función a lo que tú eres, tú eres un instrumento, ¡afínate!

5) Algo sumamente importante es DAR GRACIAS POR TODO. Si tenemos el buen hábito de agradecer cada una de nuestras bendiciones, recibiremos más de lo mismo. Somos imanes  y el conectar con la gratitud es reconectar con la fuente. Puedes convertir tu vida en una oración a partir de la gratitud. Que al abrir los ojos sea lo primero que venga a tu mente, pega letreritos en tu recámara, agradece las sábanas limpias, el agua caliente de la regadera, el sol, el café, el alimento, las sonrisas, tu provisión, tu empleo, agradece por la salud, la familia, las experiencias e incluso esos regalos que parecen mal envueltos, mejor dicho, experiencias desagradables.

6) Otra cosa importante es, COMPARTE, comparte lo que puedas, lo que tengas desde tu corazón. Comparte tu presencia, tu escucha, tu solidaridad, tus abrazos, tu alimento, tus talentos, tu conocimiento. Cuando compartes haces espacios para que lleguen cosas nuevas, pero no lo hagas bajo esa premisa, hazlo desde reconocer al otro como una parte de ti, como esa extensión tuya que es tu hermano. En tus oraciones pide por otros, lo que pides para otros lo pides para ti. Si deseas “pedir” por la salud de alguien más, visualízale rodeado de luz, mándale luz. La mente es poderosa, funcionamos como el Wi-fi, nuestras intenciones no se ven pero la otra persona las recibe a la distancia.

7) VISUALIZA y PRACTICA. La imaginación es nuestra herramienta más poderosa. Se trata de ponernos en acción mentalmente, de sostener la atención del deseo cumplido hasta que llene la mente y la empuje a vivir sincronicidades correspondiendo a la acción de la consciencia.

La oración es una rendición, significa, abandonarse uno mismo al sentimiento del deseo cumplido.

El metafísico Neville Goddard decía que en lo que debemos trabajar no es en el desarrollo de la voluntad, sino en la educación de la imaginación asumiendo  el sentimiento del deseo cumplido.

Persiste, que el que pide recibe y donde está tu consciencia está tu energía lista para materializar. Domina tu mente, si hay algo que desearías cambiar, muévete en tu imaginación, mírate y experimenta con los cinco sentidos cómo llegas a donde quisieras estar sin tiempo ni espacio, ya que el cerebro no distingue entre imaginación y realidad. Cada cosa y cada uno en tu mundo eres tú mismo exteriorizado, todo es proyección, todo es uno y por eso todas las cosas y posibilidades están contenidas dentro de ti.  Imaginando es como vamos solidificando hechos.

Amorosamente

Rosario Cardoso

 

El regalo de la consciencia


 

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“La consciencia y la presencia siempre suceden en el ahora, si estás tratando de hacer que algo suceda, entonces estás creando resistencia hacia lo que es, es la eliminación de la resistencia lo que permite que toda energía evolutiva se desarrolle” – Eckhart Tolle

Mucho se habla hoy de consciencia,  cada vez son más los libros de la mesa de best sellers plagados de esta palabra, prácticas espirituales que nos invitan a expandirla, coaches y gurús empleando el término en videos y rituales invitándonos a la evolución y trascendencia, pero, ¿qué significa?, ¿qué puede implicar?

Consciencia es la capacidad del individuo de “darse cuenta de que se está dando cuenta”, para entonces hacer algo con lo que está pasando; Consciencia, es un proceso de autoconocimiento y son muchos los caminos que existen para evolucionar en esos estratos.

De inicio, cabe decir que, ser consciente parte del  permanecer aquí y ahora sin resistencias ni fantasías, es abrir los 5 sentidos a este preciso instante: mirar los colores de los objetos o paisajes que nos rodean, las sonrisas, los ojos de quienes están cerca de nosotros; Es abrirnos a sentir la temperatura del lugar en el que nos encontramos, escuchar con atención cada sonido, desde los más cercanos, hasta los más lejanos, desde los más graves hasta los más agudos; Es degustar los alimentos con calma, gozo y gratitud, experimentar a flor de piel cada textura y estar tan en contacto con nuestro propio cuerpo que podamos escuchar cada mensaje y dialogo interno, observando cada pensamiento y detectando aquellos más recurrentes para poco a poco ir descubriendo cuáles son las creencias que nos conforman, porque finalmente nuestras creencias son esos lentes a través de los cuáles vemos el mundo y bien dicen los sabios que no vemos al mundo como es, sino más bien como nosotros somos. “Aquí y ahora” es donde confluyen pasado, presente y futuro, y cuando negamos lo que ocurre y lo que sentimos, generamos resistencia y no permitimos que nuestra consciencia no sólo se expanda, sino que también se abra a nuevos posibles escenarios.

Ocurre la mayor parte del tiempo, que un sinfín de nuestros hábitos y reacciones son en automático, muchas de las veces ya no cuestionamos nuestros impulsos, vamos por ahí con los mismos patrones y dinámicas de relación, repitiendo escenas con diferentes actores. La ventaja es que a través de explorar nuestra consciencia y del “darnos cuenta”, poco a poco rompemos esos esquemas y al actualizar creencias caducas en automático re direccionamos nuestra experiencia de vida más hacia la plenitud y el gozo.

Entre lo que sentimos y el mundo que nos rodea, cada ser humano tiene la oportunidad de participar en los eventos que ocurren en su contexto sin que esto implique propiamente el controlar, y hacerlo desde el amor y el perdón o la venganza y el dolor dependen del estado de nuestra consciencia, esa que podemos descubrir y conocer si nos quedamos en silencio para saber cuáles son nuestras verdaderas intenciones y anhelos más profundos, y en la medida contemplar las causas que producen ciertos efectos y no desencadenar eventos adversos.

Cuando experimentamos algún proceso crítico y logramos trascenderlo, es como si nuestra consciencia diera un salto cuántico: cuando experimentamos alguna crisis y salimos victoriosos, cuando abrazamos nuestra sombra y reducimos nuestras propias proyecciones convirtiéndonos en seres más empáticos, nos convertimos en seres más evolucionados, seres que se aproximan más a la autorrealización.

La consciencia no permanece estática, se transforma en todos los momentos y son muchos los caminos para ensancharla y percibir la realidad de una manera más amigable, una realidad en la que podamos integrar a personas y circunstancias que nos ponen a prueba disolviendo tantas fronteras con los demás como sea posible. Hacernos conscientes, es una tarea de vida y lo hacemos a través de cada relación, porque para integrar primero hay que proyectar, porque hacernos conscientes es también humanizarnos. Todas las prácticas espirituales tienen como fin propiciar la unión del alma individual con el alma universal, disolver tiempo y espacio comprendiendo que lo que hacemos al otro, nos  lo hacemos a nosotros mismos, por la sencilla razón de que “todo es uno”, somos UNO.

Ser consciente, implica una alta dosis de responsabilidad y auto observación, es un trabajo realmente profundo, y cuando se habla de responsabilidad es sobre asumir los costos de cada uno de nuestros actos y palabras, dejar de culpar a Dios o al universo por “la mala suerte” y asumirnos co creadores de la realidad que cada uno vive y hacer lo necesario para crear desde la gratitud y la certeza y no desde la carencia y el miedo. Estamos diseñados para evolucionar y para trascender.

Explórala, medita, contempla, camina en silencio, escribe lo que piensas, escúchate  y has lo que todo eso que te permita entrar en profundo contigo contacto contigo, deja que se te inunde el alma de presencia. Parte de la maravilla de nuestra dimensión espiritual es que no hay ningún rincón dentro de cada ser humano que no pueda ser iluminado por la luz de la consciencia.

Amorosamente

Rosario Cardoso